mi declaración programática…

  • Paseo ...
  • No soy escritor… no soy poeta… no soy pintor ni dibujante … vaya todo eso por delante. Solo intento escribir goteando sangre, destilando agua oxigenada que me sobra. Y en eso aprovecho mi penúltima oportunidad… porque siempre hice lo que no quise y quise lo que no hice… y eso es mortal para el lenguaje y para la palabra. En otros campos de la imaginación y de la sensibilidad creativa, si que pude sentirme a gusto y disfrutar. Nunca pretendí ser profesional sino de lo que fui, soy y seré: arquitecto. Pero hay situaciones extremas en la vida que desbordan los torrentes de energía inspirativa que tiñen nuestras experiencias.
    No quiero, ni puedo desviarme de las tres premisas que marqué en rojo en un calendario virtual grabado en el aire abrasador del último verano: dar las gracias a todos. ayudar a soportar el rigor de los cambios bruscos vitales en las personas que me rodean, y disfrutar y hacer disfrutar de todas las fracciones de tiempo, que como fotogramas, se suceden en una película que avanza inexorablemente a la palabra fin.
    Nunca me he planteado si lo que escribo, dibujo o digo, gusta o no gusta. Me desahogo simplemente. Y lo formulo según mi estado de ánimo. No nací para crear sonidos y ese es un fallo en mi sistema. Pero quisiera suplirlo con el soplo del aire que a veces agudo, a veces grave, y otras como un silbido, evoca mi ilusión por seguir viviendo. Surge de mí al admirar el mundo en que nos encontramos.
    Sólo pretendo que se sepa en el aire… que estoy ahí, que sepa un enfermo que aprieto desde aquí su mano, que sepa el hombre que soy humano, que sepa la tierra que agradezco la vida, que sepan los sentidos que soy capaz de atraparlos… y saber yo… que soy oído, visto y leído.
    Si recuerdan alguna frase… alguna rima… algún trazo hecho a lápiz… un arabesco en color de forma virtual… por  una mínima porción de tiempo que sea… me consideraré satisfecho. No quiero ni puedo perdurar… eso se lo dejo a los que ansían notoriedad, gloria o remuneración por sus cualidades…
    Sólo preciso estar a gusto y cuando duermo, adentrarme por la traquea, rebuscar en las arterias, bajar al corazón cuando lentamente bombea, entretejer en la telaraña de mis bronquios y cuando llegue en sueños dentro de la piel, tensarla y hacerme un nudo en la cintura… como un cinturón bien apretado … expulsar el vaho y empañar los cristales para comprobar, que aún transitando por ese estado, no renuncio a disfrutar de todo lo que un día me enseñaron, me legaron en silencio …para saberlo apreciar…
    No quiero ser referente, impulsor, dirigente de nadie…quiero simplemente ir codo con codo con mi gente, mi familia, mis amigos, virtuales y reales, mi sueño… mi musa , mis delirios y mi pasión por toda manifestación artística… y el contacto con muchas sombras, que son tiernamente rojas… Nunca me he quejado…  ni de mi suerte ni de la de los demás… simplemente arrimo mi hombro… y aporto experiencia… una mirada que penetre dentro… calor que abrase o reconforte… frío que despierte, muy de mañana, con el soplo del canto. Mis temas son eternos y clásicos… no rompo moldes… no descompongo nada… compongo y ordeno el rompecabezas que me ha tocado vivir y trato de enseñarlo sin que me guste la costumbre de dar consejos…
  • Basta de negarlo… me encuentro a gusto ante un soporte blanco y fantasmagórico. Ya sea  un lienzo, una cuartilla ,una pantalla o un trozo de cielo teñido de benevolentes nubes blancas …un renacimiento alado.
    Me encuentro a gusto en un viejo café olvidado…en un parque con los árboles adustos y secos..en una callejuela perdida y anónima, en un librería de viejo,en un patio de butacas con respaldo y antebrazos , en las ruinas de un mundo olvidado.
    Me encuentro a gusto en mi muro, en mi sillón, viendo alejarse mis pasos… que se escapan lejos… hasta una isla… y quedarme en este lugar. Me encuentro a gusto en todos lados. Porque donde quiera que respire, me llegará el olor al perfume que dejó mi musa entre el azul y el rojo, el negro y el blanco.
    Por eso quiero rehabilitar mi cuerpo, mi muro, mi historia, y dejarlo acabado…
    Me encuentro a gusto con saber que existes… y que estas viva, que estamos dando zancadas en los nidos de las cigüeñas para bajar de las torres y pisar este suelo que tanto ha costado.
    Les cuento todo esto… no sé porqué… quizás porque no me escuchen y siga guardado…
    José Félix Sáenz-Marrero Fernández…

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